¿Podrá sobrevivir Occidente sin una mediata Guerra Mundial?


En marketing es habitual trabajar con “escenarios”, práctica que intenta plantearse situaciones de mercado aún no sucedidas y trabajarlas en equipo con la tranquilidad que da el hecho de hacerlo sin la urgencia del asunto consumado. Así fue como Shell aplicó desde 1973 una solución al posible problema (finalmente hecho realidad) de una reducción de la producción de petróleo de los países de la OPEP. Eso le permitió a esta empresa gigantesca tomar a tiempo las medidas necesarias para atacar el sobresalto, pudiendo resolver en un año lo que a otras compañías les llevó nada menos que ocho. El denominado “marketing de escenarios” aplicado por la empresa fue todo un éxito.
Es interesante trabajar mentalmente con situaciones posibles, meditándolas antes de que éstas sucedan. Es lo que intento en esta nota, proyectando datos que me llevan a escenarios posibles de darse o no, por supuesto, pero que al menos ponen sobre la mesa un cuadro de situación futuro que, en mi mirada, tiene visos de producirse. Solo que en este caso no se trata de un mero tema económico sino geopolítico, es decir, con muchos más ingredientes que la Economía solamente (seguramente no habrá soluciones personales que podamos aportar al respecto, pero el ejercicio lo intentaré de todos modos).

Hay ya indicios insoslayables que marcan un corrimiento del eje económico del mundo hacia Oriente –aunque no todos los analistas coinciden con el tema, cada cual tiene sus intereses por los medios en que trabaja o los libros que pretende vender, el cual no es mi caso por lo que me siento más libre para la observación (tampoco me considero un analista, solo un simple observador)-. La decadencia de Occidente es evidente, tanto en el caso de Europa, que se dirime en el debate de volver a las monedas nacionales saliendo del Euro, cerrar las fronteras a los inmigrantes y poner en práctica medidas nacionalistas, xenófobas y de salida de la Unión Europea, que –desde ya- no podrá seguir adelante con la misma velocidad con sus medidas desde Bruselas como hasta ahora, si es que puede seguir adelante… La desindustrialización ha causado estragos en los países del continente (España a la cabeza, Portugal, Francia, Italia, por nombrar algunos), naciones que han visto desmantelar medianas y grandes empresas para llevarlas a lugares de producción más convenientes económicamente, provocando la consiguiente desocupación, subocupación y caída en los índices a lo largo de las últimas décadas (para ver el descontento en estos países, solo basta revisar las últimas elecciones en Francia y Reino Unido que multiplicaron los escaños de partidos de derecha y nacionalistas de manera más que importante). Quien quiera leer las precisiones que sobre el tema hace Mario Vargas Llosa, puede leerlas en esta nota de “La Nación”. Hoy Europa se encuentra “For Sale” y los chinos aprovechan para salir de compras a hacerse de lo que puedan.

Los Estados Unidos no la llevan mucho mejor. La administración Obama tiene por delante dos años y medio más para tratar de levantar una caída de la prosperidad del imperio que ya ha mostrado índices más que preocupantes de pobreza, de “homeless”, de desindustrialización y caída del empleo. De hecho, Walmart es la empresa que más empleados tiene registrados, con negocios que venden mercaderías producidas en China. Ciudades como Detroit y hasta la misma Nueva York están al borde de la quiebra, luego de haber sido durante décadas muestras del “American Dream”.
Sin embargo, el capitalismo parece haber caído en su propia trampa: maximizar el valor todo lo que se pueda. Eso no respetó nacionalismos y tras la caída del muro de Berlín, las empresas que producían en EE.UU. comenzaron a llevar sus plantas a China fundamentalmente, con el objetivo de bajar sus costos operativos (debido a la mano de obra barata oriental) para ganar más dinero, y eso conllevó la decadencia de la industria del imperio, millones de puestos de trabajos perdidos, degradación en el estándar de vida americano, disminución incluso de la calidad de la Educación y, por consiguiente, la necesaria importación de materia gris para seguir manteniendo en lo alto a las empresas que todavía marcan tendencia y que se asientan en aquella nación (por el momento).
Quien quiera revisar de cerca la situación de EE.UU. (que durante el primer trimestre del año retrocedió 0,5% su PBI) puede ver este informe.
En verdad, la única industria que sigue siendo fructífera en el país del norte es la armamentista, que está sobre todo en manos de los popes del Partido Republicano, seguros ocupantes de la Casa Blanca a partir de 2017 (cabe destacar que desde el fin de la Segunda Guerra, Estados Unidos ha participado directa o indirectamente en 201 de los 248 conflictos armados que se sucedieron, todo un indicio).

Mientras tanto, del otro lado del mundo, Rusia y su Presidente Putin han anexado Crimea a su territorio, lo que ha generado el repudio y sanciones económicas desde Europa y EE.UU. que su inescrupuloso (pero con un altísimo coeficiente intelectual) gobernante supo aprovechar seguramente más de lo que sus opositores creían. Esto también es motivo de discusión, según la posición del opinante de turno, pero a mi parecer, Putin salió fortalecido con la anexión de Crimea y el episodio Ucrania (aún en litigio) que lo muestra al funcionario más como un exhibidor de su poderío que como un urgente pretencioso de invadir más territorios ya. En lo económico, y a pesar de las sanciones impuestas, Rusia creció en el primer trimestre del año un 1%.
Pero reaccionario como es, Putin viajo a Beijing y firmó casi cincuenta tratados de cooperación económica y militar, entre ellos el de la venta de gas a China (solo u$s 30,- más barato que a los países centroeuropeos pero con un recorrido mucho más corto, lo que lo hace más rentable, y a un plazo de 30 años) que Europa le puso como restricción en sus ventas y que puede volvérsele en contra al Viejo Continente ferozmente si Putin cierra la llave del gasoducto que lleva energía a aquella zona, sobre todo en el invierno…
La integración de Rusia al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un conjunto de países en desarrollo pero ya poderosos, y la política de alianzas por fuera del grupo que el dictador viene llevando a cabo, puede posicionar a su país como una amenaza más que importante para un mundo occidental en declive. Es más: desde mi punto de vista hay un último jugador que aún no está en la mira de ninguna unión (ni en ninguna predicción hasta ahora, es solo un pálpito mío) pero que es amigo de China y digno de temer: Corea del Norte. Un eje Rusia-China-Corea del Norte pondría al mundo en vilo realmente y la tensión llegaría a lo más alto, sin dudas (en verdad China no lleva adelante políticas invasivas militares sino comerciales, pero las negociaciones entre líderes sin muchos escrúpulos uno nunca saben adónde pueden llevar). Imaginando escenarios mediatos (a tres o cuatro años), veo a un “dictador democrático” como Putin que seguramente será reelegido y tendrá mandato hasta 2020, con ansias de rehacer la desarmada Unión Soviética, con aliados poderosos y un potencial asociado peligroso (anti-yanqui total). Con recursos para ir a una guerra y pretensiones que ni siquiera conocemos sus alcances. Y una administración republicana a partir de 2017 en la Casa Blanca que heredará un país en franco declive y una Europa empobrecida que queda a expensas de cualquier enemigo. No sería extraño que el nuevo gobierno estadounidense vuelva –una vez más- a recurrir a las armas (aunque las venda en cuenta corriente a cobrar en un salvataje tipo Nuevo Plan Marshall) de modo de salvar su economía, proteger a sus países amigos europeos y limitar las ansias expansionistas de un nuevo pretendiente de emperador. Una historia que volvería a repetirse, con situaciones diferentes y protagonistas distintos, pero bastantes similares… ¿Vos qué opinás…?

4 comentarios:

Mastu Decley dijo...

Hola querido Ale, impresionante tu proyección de un futuro incierto pero posible sin lugar a dudas, se ha opinado reiteradas veces que los horrores de las gueras han reactivado las economía oportunistas o diréctamente planificadoras de conflictos, de los que en escenarios hipotéticos ya han calculado sus ganancias. Tremendo panorama en que la historia se repite cíclicamente destruyéndose y recreándose luego naciones enteras ! Solamente un ejemplo no muy lejano...Yugoslavia... alguien la recuerda ? Y si, puede ser que nuevamente intenten reducir el mundo a cenizas delirando con reinventar todo denuevo...

Pedro Jáuregui dijo...

Hola Aleja: Occidente sobrevivirá, pero los que queden tendrán que empezar de nuevo a crear un nuevo mundo, partiendo de cero. La pregunta sería ¿cuánto tardarán en destruirlo?. No me explico ese afán de destruir cuando podemos hacer un mundo mejor sin necesidad de destruirlo.

Pedro Jáuregui dijo...

Perdón Alejo, y otros lectores por la mal chuzada. Por este mes prefiero ver el Mundial y ver los afanes de los gobernantes brasileños por ocultar su pobreza humana con la Copa Mundo.

Unknown dijo...

en un todo de acuerdo con tus pensamientos Ale