El mundo es un lugar más seguro…

Así lo aseveró Barack Obama este lunes, después de aniquilar al ultra-terrorista más buscado del mundo, Osama Bin Laden. Desde Estados Unidos y desde muchos otros países del mundo (desarrollado principalmente) se escucharon voces y gritos de alegría, de alivio, de sensación de justicia, en una posición al menos demasiado subjetiva y muy poco reflexiva. Las dudas que ahora invaden al público mundial son de todo tipo, algunas más “importantes” que otras. Lo que, creo, no puede dudarse es que el “Operativo Gerónimo” se llevó a cabo, que hubo muertos (ya se mostraron fotos de ello) y que Bin Laden pereció en ese casi “quirúrgico” procedimiento.

La verdadera duda que a mí me queda es la afirmación de Barack Obama: ¿es el mundo un lugar más seguro después del Operativo Gerónimo…?

En la Argentina de hace unas décadas en la que el fin justificaba los medios, matar a una persona sin someterla a juicio alguno ni darle posibilidad de defensa de ningún tipo mereció una investigación -liderada por el recientemente fallecido Ernesto Sábato- cuyo título, “Nunca más” ya daba a entender las atrocidades de las que se esperaba que el país jamás volviera a sufrir y mereció el juicio a los responsables de ello…

Sin embargo, hoy el mundo (o parte de él) celebra nada más y nada menos el hecho de que el Premio Nobel de la Paz haya comandado una operación militar en suelo extranjero que culminó con el asesinato de varias personas y particularmente la que ellos fueron a buscar, que no estaba armado y, a decir de su hija de 12 años, fue capturado y después literalmente fusilado. Todo seguido en vivo y en directo desde la Casa Blanca, como si se tratara de un reality más.

Los mismos funcionarios estadounidenses dieron cuenta de que Bin Laden no estaba armado y solo atinaron a justificar que alguien puede ofrecer resistencia aunque no lo esté, sin considerar que el grupo de elite que entró en la residencia del terrorista podía haberlo sacado de allí con vida tranquilamente. Eso sí, su cadáver fue luego tratado según las tradiciones islámicas y arrojado al mar, porque los Estados Unidos respetan los Derechos Humanos.

Ahora se dice que las fotos del occiso no van a ser publicadas “porque son atroces” y porque podrían desatar aún más la ira del resto de los terroristas (en verdad, Bin Laden ya no era el encargado de las operaciones militares de Al Qaeda, por lo que las represalias por su muerte bien pueden esperarse en cualquier lugar del Primer Mundo, fundamentalmente en los EE.UU.), lo que implica que la afirmación de Obama muy lejos está de la realidad.

En resumen, tenemos a una Nación que incursiona militarmente sin aviso en otros países, que ejecuta a quien puede llevar a la Justicia (aunque allí merezca para ellos la silla eléctrica), a grupos extremistas que seguramente querrán vengar la muerte de su líder y a un Premio Nobel de la Paz que lideró todo este episodio y que a todo esto lo considera “un mundo más seguro”. Yo ya querría vivir en la Estación Espacial… ¿Vos qué opinás…?