Preocupándonos equivocadamente


Que tendemos al Universalismo es una gran verdad. Además, es lo mejor a lo que podemos aspirar. Que la sociedad mundial vaya integrándose, eliminando barreras y fronteras, aunque preservando costumbres y folclores. Esto no está en duda, es algo que debemos pretender los seres humanos como comunidad.
Sin embargo, algunas situaciones parecen olvidar las cuestiones locales y plantean la “enorme” preocupación por problemas generados en latitudes muy distantes, cuando por aquí tenemos de ellos para regalar. Hay una larga lista de preocupaciones equivocadas entre los argentinos, y ahora estamos presenciando una, que no deja de dar un poco de bronca. Hago referencia a la monumental magnitud que se le está dando ACA, en la Argentina, al caso de la chiquita inglesa Madelaine McCann. Por lo que fuera -las personalidades que se sumaron a la campaña de búsqueda, las millonarias recompensas que se pusieron en juego, o por lo “raro” de que desaparezcan niños por aquellas tierras- el caso Maddie se transformó en una causa común en Europa. En todos los países la buscan, todos se suman a la campaña, de la manera que pueden. Y nosotros, desde aquí, compramos el material, consumimos las noticias, la campaña, nos mantenemos al tanto de lo sucedido a muchos miles de kilómetros, porque por estas geografías eso no pasa… ¿o sí?
Consulto la página argentina de una ONG dedicada a encontrar menores desaparecidos, “Missing Children”, y encuentro que en nuestro país busca denodadamente a cientos de chicos perdidos (en http://www.missingchildren.org.ar/entnn.htm podrán ver más de doscientos, entre ellos el de la foto) y a algunos otros –en menor cantidad- que buscan a sus familias. Como toda ONG, Missing Children arbitra todos los medios a su alcance para poder encontrar y devolver a cada uno de esos chicos a sus hogares, pero esos recursos (como las facturas de electricidad como medio de difusión utilizadas por esta organización) siempre son escasos –una condena que deben soportar casi todas las instituciones sin fines de lucro-. Y me imagino la gran desazón que sufrirán sus miembros al ver cómo los medios locales divulgan noticias de desapariciones tan lejanas y no reservan centímetros de papel, segundos de TV, para dedicar a la búsqueda de los niños que desaparecen aquí.
No es este el único caso en que notamos privilegios que no se entienden a la hora de elegir los materiales a publicar por el periodismo tradicional. Es cierto que ver a Beckham o a la autora de la zaga de Harry Potter haciendo solidaridad es muy interesante para el cholulaje, pero me parece que la seriedad está siendo dejada de lado, priorizando más el entorno del problema que el fondo de la cuestión en sí mismo (en este caso, algo muy sensible a los sentimientos de los argentinos como lo es la desaparición de personas). ¿Vos qué opinás…?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay miles de cosas que debemos modificar, estoy de acuerdo desde la reflexión paradójica, pero siendo imitadores de costumbres y folclore foráneo, estoy de acuerdo también en llenar los espacios de las costumbres que deberíamos imitar. Quizás hasta los copiemos y empecemos a dar mas espacio a los nuestros.