¿Para dónde vamos?


Por Pedro León Jáuregui Ávila
del Diario "La Opinión" de Cúcuta, Colombia
para "¿Vos qué opinás...?"


El profesor Gustavo Moncayo llegó, el miércoles 1º de agosto, a Bogotá y se instaló en la Plaza de Bolívar para clamar por un acuerdo humanitario que le permita recuperar a su hijo Pablo Emilio, en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
El educador llegó procedente de Sandoná (Nariño) después de una travesía de 40 días y más de 900 kilómetros; su hijo cumplirá diez años privado de la libertad el 22 de diciembre, por el delito de tener un uniforme.
El presidente Álvaro Uribe Vélez, el jueves, se reunió con Moncayo y luego ofreció una rueda de prensa donde cotejó el sentir de un pueblo cansado de todo lo que ocurre en Colombia.
¿Cansado de qué? De sufrir las presiones de los grupos al margen de la ley y de la falta de políticas serias por parte del gobierno que busquen una solución a la falta de libertad.
Somos un pueblo que no sabemos qué queremos y lo peor es que estamos haciendo lo del avestruz que entierra la cabeza en la arena para no observar el peligro que lo rodea.
La educación y la salud se han privatizado de manera paulatina y las mejores empresas se han vendido.
Lo anterior obliga a preguntar ¿quién va a ganar? con estas determinaciones.
Es deber del Estado brindar educación y salud a los ciudadanos en vez de gastarse el dinero en la compra de armas en detrimento de brindar el mejor servicio a sus electores.
El ciudadano común está cansado de todo, de la falta de sanciones severas a los corruptos que asaltan el erario público y después de tres o cuatro años regresan a las andadas y a disfrutar el producto de lo que robo.
El escándalo de la narcopolítica sirvió para desenmascarar algunos peces grandes pero los tiburones siguen sueltos y creando nuevos líderes para confundir al pueblo con sus imágenes maquilladas.
América Latina se mueve en ese bloque de líderes útiles a los intereses de un grupo minúsculo de dirigentes movidos solo por el crecimiento de sus dividendos que poco le importa el mañana de quienes lo eligieron.
La pregunta es qué vamos a hacer para no seguir camino al despeñadero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si me atrevo a hacer comentario alguno de esta nota, lo que sentí al leerla es que cambian los personajes pero la historia es la misma....

Daniel de Witt dijo...

El conflicto colombiano es un tema que da para un comentario muy largo. Trataré de resumir en pocas líneas lo que pienso.
Con respecto a los secuestrados, es obvio que la única solución es un acuerdo humanitario y un canje de prisioneros. Lamentablemente, el gobierno narco-paramilitar de Uribe se seguirá negando, ya que su única base de sustentación es la llamada “guerra total” a las FARC, que a la luz de los resultados, ha tenido funestas consecuencias.
¿Soluciones al conflicto? Me permito dar algunas:
1) Acuerdo humanitario y canje de prisioneros (prioridad total).
2) Reconocimiento de las FARC como fuerza beligerante, como primer paso hacia su institucionalización como fuerza política deponiendo las armas (este mismo camino se ha seguido con éxito en muchos países).
3) Realizar una mesa de negociaciones lo más amplia posible, para generar un acuerdo nacional de transición.
4) Cambiar un 100 % el modelo económico y la estructura social colombiana, procurando disminuir drásticamente los beneficios de los oligarcas y aumentar la calidad de vida de la inmensa mayoría de la población. La pobreza es el caldo de cultivo para que se alimenten los grupos armados.
5) Que exista una verdadera democracia, y no gobiernos elegidos por los paramilitares a fuerza de motosierra y sostenidos por la enorme farsa de los medios de comunicación.
6) Verdadera democratización de los medios de comunicación. Es inconcebible en cualquier parte del mundo que el único diario de circulación nacional (El Tiempo) sea propiedad de la familia del vicepresidente de la nación.
7) Investigación a fondo y hasta las últimas consecuencias de los vínculos de los políticos, empresarios y oligarcas con las redes del narcotráfico.
8)Finalización inmediata del Plan Colombia y del alineamiento con Estados Unidos. Obviamente, no hay TLC.
9) Persecusión a fondo y sin contemplaciones de las fuerzas paramilitares.
10) Restitución de sus tierras a los millones de campesinos desplazados por el conflicto armado, y pago de indemnización por los daños causados, a condición de no sembrar coca. El gobierno debe comprar la producción y comercializarla.

Y estas son solo algunas, hay muchas más cosas para hacer.

Un abrazo.