¿Diálogo? ¿Qué diálogo?



En estas semanas de repercusión mundial y sobre todo nacional por la designación del papa Francisco, con sus palabras y gestos simples, austeros, honestos, que invitan a salir del encierro, instan al acercamiento, al diálogo y a la participación tanto a los miembros de su propia Institución como a la feligresía católica en general y a los integrantes de otras religiones mundiales también, la pregunta que surge es cuánto de esta ideología del Pontífice logrará llegar a los funcionarios y políticos que dirigen las naciones, entre ellas la nuestra.
En la Argentina, los métodos dialoguistas se han perdido hace tiempo. El Gobierno Nacional hace y deshace de acuerdo a lo que la estabilidad emocional de la Presidente establezca (en la designación del papa, la reacción inicial fue absolutamente desencajada y adversa –y todos sus seguidores actuaron de manera similar- pero dos días después, cuando pasó la reacción y la razón pesó nuevamente, la actitud era otra y todos los que habían maldecido a la par de la mandamás tuvieron que retractarse o disimular lo que habían dicho en los medios de comunicación o vía redes sociales.) Así funciona aquí: una cabeza que piensa, siempre después de reaccionar, y un séquito de seguidores a sueldo que avalan o defenestran lo que sea con tal de estar alineado, aunque a veces haya, como en este caso, que salir a desdecirse en forma masiva por lo sugerido dos días antes, en un verdadero acto de papelón “comunitario”…
No funciona muy diferente a nivel de funcionarios de menor rango ni de dirigentes sindicales y hasta empresariales. Aunque sean más dialoguistas, las actitudes asumidas generalmente no son de negociación sino de intransigencia, lo cual troca el debate en una mera compulsa por ganar la discusión. Ese no es precisamente el diálogo al que el papa se refiere ni el que necesite nadie, ni siquiera una universidad, una empresa o un matrimonio.
Y como símbolos son símbolos, vaya en este caso un par de imágenes que demuestran quién toma las decisiones en la Argentina. En primer lugar, vemos una foto de la totalmente restaurada y embellecida Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo Nacional, donde la Presidente junto a un cada vez más reducido núcleo de funcionarios hace y deshace a su antojo y mantiene a su tropa bajo estricto mando y obediencia:



En esa remodelación, se gastaron 10 millones de pesos el año pasado solo para refaccionar el baño, la cocina y el comedor de empleados. Durante 2013 se planean gastar otros 22,7 millones más.
En contraposición a esta puesta en valor de la sede del Poder Ejecutivo, el hermoso edificio del Congreso Nacional, donde reside la verdadera representación del pueblo –no solo la de la mayoría que ganó y ocupa la Casa Rosada- y por ende es el lugar donde el diálogo, el debate de ideas y la compulsa de proyectos y alternativas deben tener sus instancias, mantiene el lamentable estado que se ve a continuación:



Quizás alguien no hile tan fino y deje de ver cuestiones que pueden parecerle casuales. Sin embargo, creo que ver el Parlamento en estas condiciones denota la poca consideración que le asigna el Gobierno Nacional al tratamiento conjunto de las cuestiones de interés nacionales y la importancia que le da al verdadero lugar donde se traman todas las políticas que luego se convertirán en decretos o leyes, caiga quien caiga y cueste lo que cueste.
La invitación del papa Francisco al diálogo no parece haber tenido mucho éxito hasta ahora en los políticos de su país (dicen que “nadie es profeta en su tierra”). El propio Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ing. Mauricio Macri, acaba de decir después de la fenomenal tragedia que sucedió con el vendaval que se abalanzó sobre Buenos Aires y que dejó seis muertos en la Capital y miles de personas que perdieron todo (en su casa y en sus trabajos) que la culpa es del Gobierno Nacional que no le otorga el dinero para terminar las obras en la ciudad para que estos desastres no vuelvan a ocurrir, pero que no piensa sentarse a conversar nada si no le dan el dinero que corresponde asignar a tales obras. Tanto Cristina Kirchner como Macri estuvieron en la asunción de Francisco y fueron receptores de aquella invitación que, como se ve, sigue siendo despreciada entre los dirigentes argentinos mientras miles de compatriotas sufren por los cortocircuitos de la política. ¿Vos qué opinás…?

3 comentarios:

Luis Eduardo Campos dijo...

Hola: La verdad es que esta gente, el concepto de dialogo, no lo maneja y practica una suerte de monologo extendido y forzado que pretenden presentarlo como dialogo pero, de eso, nada de nada. Ciertamente que se avisora un panorama muy poco alentador con estas premisas para el pais, de la mano de estos seres tan erraticos. Sin embargo, de mi parte ya, poco y nada me asombra, despues de tantas decadas de la misma receta...ninguna resulta...la quimica esta a la vista...no hay mucho mas que aclarar...no creo que muchos se traguen el relato a estas alturas....saludos Luis

Pedro Jáuregui dijo...

Buenas Alejandro:
La perdida de valores humanos (suena utópico pensar que los políticos tengan)es una constante. A nadie le importa ver a un mendigo o a un niño pidiendo una limosna lo que refleja la falta de una política social de los gobiernos para evitar que día a día aumenten estos casos.
Lamentablemente lo mismo ocurre en todos los países sudamericanos. Lo peor es que los pueblos son los culpables de todo lo que sucede porque eligen a sus gobernantes. "Los pueblos se merecen sus gobernantes" y como están las cosas difícil será cambiar porque el día de votar no lo hacemos o si vamos vendemos -en la mayoría de los casos- la conciencia. Cruel pero cierta realidad que seguramente seguirá su curso porque la generación que llega es perezosa y solo le gusta ganar dinero de cualquier manera y en lo posible sin trabajar.

daniel pena dijo...

Gracias por el comentario en mi blog.
Te felicito por el tuyo. Es calro, directo, como debe ser.
Trataré de seguirte.
Fuerte abrazo fraterno