Del dicho al hecho...


Pasaron las elecciones y los coletazos se están empezando a sentir, tanto en el seno del Gobierno como en el propio Justicialismo. Dirigentes distanciados que empiezan a aparecer otra vez, renuncias de un lado y de otro, viejas amistades que dejan de serlo, amistades nuevas que van apareciendo (camaleonismo, bah). Pero me parece importante analizar el papel de la política, o de los políticos, haciendo referencia con esas designaciones a aquellos que son candidatos pero no son aún funcionarios públicos.
En las últimas cuatro o cinco elecciones hemos visto surgir distintas fuerzas que aparecieron como alternativas de poder. En todos los casos, la alegría por los triunfos obtenidos se transformó también en el entusiasmo por conformar una verdadera fuerza de alcance nacional que permita discutirle al Justicialismo los espacios de poder. Casi hasta parece lógico pensarlo, si se tiene en cuenta el hecho de ganarle una elección al Peronismo, como ocurrió el pasado domingo 28 a manos de Unión Pro en la provincia de Buenos Aires, principal distrito del país y máximo escenario de la política nacional (por ello el kirchnerismo puso toda la carne al asador allí).
Sin embargo, resulta llamativo recordar que en ningún caso estas fuerzas lograron conformar lo que soñaron tras los escrutinios que los favorecieron. El por qué de esto da quizás para el estudio de un politólogo más que para la charla de café, pero –aunque sea a nivel doméstico- quiero echarle un vistazo al asunto.
Estoy empezando a creer que las elecciones no se ganan. Es decir, ningún político gana las elecciones, aunque ellos así lo crean (¡¿quién le hace creer a De Narváez que no le ganó a Kirchner?!). Estoy empezando a rumiar que los políticos se imponen en las elecciones en detrimento de los oficialismos competentes en la contienda. Y que cuando esos políticos asumen sus roles tras los comicios y, ya devenidos a funcionarios públicos, se someten al sufragio popular ven cómo sus votos van a parar a manos de otros políticos, que aún no son o fueron funcionarios. Y es allí cuando deben concluir que, en realidad, ellos tampoco ganaron nunca una elección sino que la habían perdido quienes ejercían el Poder. O para ser más claros: los votos van a parar a manos de políticos opositores al régimen, en la única esperanza que queda de que algo de lo que está pasando cambie. Pero cuando esos políticos se convierten en parte de la clase gobernante (desde el Poder Legislativo o desde el Ejecutivo), no conservan el privilegio en las urnas, que vuelve a quedar en manos de alguna agrupación de políticos –que todavía no demostraron lo malo que van a ser cuando sean funcionarios-. Simplificando más la cuestión: los votos no son positivos, son opositores. Los votos no apoyan a un político o a una fuerza sino que se oponen al Poder de turno, prestándole poder al que está de moda y más posibilidades tiene de arruinarle la fiesta a los que quieren atornillarse a sus sillones. Si hacemos memoria, recordaremos que Bloomberg fue oposición con pretensiones importantes (y con movilizaciones considerables en base a la lucha contra la inseguridad), Carrió fue segunda fuerza –algunos sostienen que su frente aún lo es- y hoy el Pro le arrebata una elección al Peronismo (al kirchnerismo en realidad). Si tenemos en cuenta las extracciones de derecha y de izquierda de estas diferentes agrupaciones, inferiremos que el pueblo está prestándole poder a la fuerza opositora de turno en pos de quitárselo a quienes gobiernan. Simplemente eso: no votar a favor de una política o un proyecto sino en contra del que está, mecánica que se repite una y otra vez en nuestra rutina democrática…
La política dice. Los gobernantes hacen. Estoy empezando a creer que los argentinos somos mucho mejores con las palabras que con los hechos. ¿Vos qué opinás…?

4 comentarios:

GABU dijo...

Las elecciones me parecieron muy aleccionadoras para los polìticos...

Làstima que todo èste temòn [¿?] de la gripona opacò toda la parafernalia posterior!!

P.D.:Lamentablemente pude atajar muy poco de lo que se dijo en el despuès,sòlo pude escuchar a la CARRIÒ que como siempre se calzò el hàbito again... :S

Por ende,veremos,veremos...
Ahora,de mi parte les doy una semanita màs de margen para ver còmo laburan!!

BESITOS ALETO Y ESPERO QUE ESTES MUY BIEN ;)

Anónimo dijo...

Es cierto y evidente que este hábito de votar en contra en lugar de hacerlo por convicción a quien realmente adherimos, es otra costumbre argentina. Pero supongo que lo hacemos para evitar un mal mayor, en este caso darle más y más apoyo a quienes se convierten en absolutistas dueños y señores de toda una Nación.(ya que el voto a una pequeña minoría no llevaría ningún representante, tal vez)
Darle heterogeneidad al Congreso puede tomarse, entonces, como un signo de más democracia, un paso nomás, pero un paso que aleja del totalitarismo instaurado. Podría ser, no?...
Gris

Sonia Cautiva dijo...

Hola Alejandro
Hoy te visito, después de mucho y...respecto de las eleciones me quedé con bronca, tristeza y fastidio. Y muy enojadita, no, enojada, con mis conciudadanos.
Sabés, la derecha, aunque los que saben dicen que no hay derecha ni izquierda, la derecha se ha colocado como siempre en salvadora y ya sabemos cómo actuó en toda oportunidad la oligarquía, detrás, al lado o adelante de cada gobierno nuestro desde la época de la revolución de mayo. Si no, basta sólo con leer Astolfi, pobrecito, que algo, aunque deformado ha mostrado la hilacha de los salvadores de nuestro campo para sumirnos en la entrega y la pobreza. No tuve que leer mucha historia. La viví. Imaginate, hoy. con el ingeniero por jefe de gobierno, qué se puede agregar. Me quedo con la poesía y los escritores como vos, para sacame la tristeza.
Un abrazo
Sonia

Anónimo dijo...

Querido Ale:los argentinos seguimos poniendo la responsabili dad en los gobernantes(aún sabien do quienes son)y los castigamos o premiamos con nuestro voto, pero la realidad es otra. Decia Sócrates que "el pueblo tiene el go bierno que se merece" y creo que a buen entendedor las palabras sobran.Hasta que no mejoremos individualmente,en flia. y como so ciedad vamos a seguir teniendo mas de lo mismo. Besos Ana