Actualidad gagliardesca


“Aquí me pongo a cantar”
como decía un tal Fierro
las vivencias que al destierro
a muchos quiere llevar;
tanto como para rescatar
los logros de algún otro tiempo,
que en los últimos momentos
parecieran escapar.

Ya sea de Educación
o de empleo, o de cultura,
de Economía, que es dura
o de alguna otra cuestión;
todo parece canción
o más bien la guitarreada
de que aquí no pasa nada,
aunque suene a desazón.
 

O la Patria no cobija
o los funcionarios le erran
porque a la gente la entierran
sin dejar ninguna hendija.
Y ante tanto sabandija,
todos andan circunspectos
pues en todos los aspectos
nos han pasado la lija.

 

Nos vendieron “el relato”
como una verdad absoluta,
inmaculada, impoluta,
llena de historias sin datos
y de daños más que ingratos.
Pero lo que la mentira aporta
siempre tiene patas cortas
y solo se mantiene un rato.

 

Lo que escriben con la mano
siempre borran con el codo
y de seguro no hay modo
de que no haya sido en vano.
Mentir marcha a contramano,
y destruye la confianza,
derrumbando la esperanza
de un país próspero y sano.
 

Mientras tanto los bolsillos
lloran por tanto vacío
hace rato sienten frío
aunque afuera no hay “tornillo”
Más bien, el calor da brillo
a un infierno insospechado:
apagones, comercios saqueados
y gente mostrando colmillos.

 

Los problemas circulares
parecen una obsesión:
el dólar, la gran cuestión
los productores rurales,
los que importan están iguales,
todos penden del billete
y los ahorristas, en brete,
pues las reservas se caen.
 

La fiesta del clientelismo
un día se iba a acabar,
planes por no trabajar
nos llevaron al abismo.
Ahora se acerca el sismo
los billetes ya no alcanzan
y no es preciso balanza
pa´ pesar tanto cinismo.
 

Entre tanto despelote
la Jefa se tomó tiempo:
antes, a todo momento
la cadena usaba a tope.
Después “desapareció” un toque
y delegó en funcionarios
informarnos como otarios
los vaivenes del disloque.
 

Y ahora la Presi no duerme
pa´ dedicarse a tuitear
siempre lo hace pa´ bardear
lo que de los diarios teme:
las verdades que ya muerden
entre tanta actualidad
sin ninguna cualidad
de su Gobierno ya inerme.
 

Los problemas se acumulan
y acorralan por doquier:
energía, droga, poder,
la corrupción, que se esfuma,
los precios suben como espuma,
la inseguridad que mata,
el transporte, que maltrata,
la Educación, que no suma.

 

Un país muy dividido
apenas logramos hacer;
muchos luchan por no caer
y otros llevan lo prohibido.
La Argentina no es lo que ha sido
hace décadas atrás;
pero no hay que llorar más:
¡a levantar lo derruido…!

 


PD: Sea éste un tributo a Don Héctor Gagliardi (1909-1984), poeta y tanguero que sin duda era mejor que yo en estas tareas. Pero un tributo es solo un homenaje, y de eso se trata. Que Don Gagliardi disculpe mi atrevimiento...