¿Nos verán volver?


Hace dos años, yacía en mi lecho de convaleciente, después de haber sufrido un Paro Cardio-Respiratorio (PCR) y seis días de coma farmacológico provocados por un ataque de asma (véase este post). Esa noche vino a cuidarme mi mejor amigo, rockero de alma, y me dio una noticia que fue como un mazazo: Gustavo Cerati había sufrido un ACV tras un show en Venezuela y estaba en coma. No podía creer la noticia (como muchos de mis allegados no pudieron creer cuando ocurrió mi ataque). Uno se niega al principio a cualquier novedad que no quiere, hasta que luego va aceptándola y resignándose o esperanzándose de acuerdo a como siga la situación…
Desde aquel día, Gustavo está luchando para salir de su encrucijada, de su sueño en el cual estará preparando hermosas poesías, imágenes sublimes y todo lo que ya nos tiene acostumbrados, aunque seguramente potenciado aún más. Sus signos vitales van mejorando muy lentamente pero progresan y su mamá, Lilian Clark, pelea como una leona por su cachorro a quien no deja de acompañar en su lucha cotidiana, esperando todos los días que al fin abra los ojos al mundo y nos deje a todos tan pero tan felices.
Yo, en cambio, con mucha más suerte pero con padecimientos también, vengo batallándola desde el mismísimo día en que salí del hospital, también acompañado por dos fieras en lucha como son mis padres que cada día despiertan para emprender las múltiples tareas que significan atender a un paciente en rehabilitación: asistir al hospital a pedir mis nuevas recetas para adquirir los medicamentos que se van terminando, gestionar ante la obra social las recetas que necesito-a veces más de una vez por temas burocráticos-, acudir a la farmacia (y pelearse porque las recetas siempre tienen un defecto que corregir), llevarme a los distintos profesionales a los que concurro, ayudarme a realizar mis múltiples caminatas diarias para rehabilitarme en las barras paralelas que le hice construir a mi papá en el fondo de la vivienda, etc., etc. –quien tenga algún familiar a quien rehabilitar sabe bien de lo que hablo…-.
No es que quiera establecer ningún parangón entre los problemas de Cerati y los míos ni mucho menos asimilar importancias entre lo que nos pasa a una estrella internacional y a mí. Simplemente mantengo permanentemente en mi mente que desde casi el mismo momento los dos dejamos de vivir nuestras existencias normales y pasamos al submundo de quien intenta salir de esa prisión que es la falta de salud, lo cual lo deja fuera del sistema por un término que ni siquiera puede saberse con certeza.
Hace unos días, Lilian contó que Gustavo ya mueve la cabeza cuando escucha música y que aumentan sus signos vitales cuando reconoce su voz. Todo un síntoma de mejoría que no hace más que esperanzarnos en su pronto regreso. Mientras tanto, yo llevo caminados 500 kms en mis barras paralelas en diecinueve meses, y si bien no logro aún mi independencia logré mantener mi peso y mi figura (tranquilamente podría pesar 15 ó 20 kgs. más) y tener mis piernas sin edemas, algo que nunca ocurrió gracias a Dios, además de tener buena movilidad general y poder trabajar vía Internet.
Todavía debo decirlo en modo potencial, pero quizás, un día, Gustavo logre despertar de su sueño y pegar nuevamente un salto arriba del escenario a brillar como siempre con su talento, sus poesías, su música y su imagen y yo pueda, desde el campo, “saltar” y cantar cada una de sus canciones en algo que se me transformará, seguramente, en un rito “stereo” de haberle ganado a la muerte. ¿Vos qué opinás…?

La Argentina mentirosa


En nuestro país nos vamos acostumbrando increíblemente a un montón de cosas poco serias que están mellando nuestro prestigio (bah, lo que quedaba) en el ámbito internacional a un punto del que va a ser difícil retornar mientras nuestra mentalidad tan “ventajera” no cambie y nuestros aliados y no aliados vayan pudiéndose dar cuenta de que, finalmente, nos hemos convertido.
En los últimos tiempos –aunque no es algo nuevo para nada pero ahora se ha intensificado notablemente- venimos presenciando actos a veces hasta irracionales que parecen más nacidos del humor o malhumor del Gobierno que de una planificación estratégica y negociada con los actores involucrados en las cuestiones, como debería ser. Sin embargo, nos manejamos con mentiras una y otra vez y hasta ya nos hemos adormecido en la reacción ante tanta falsedad.
La nómina la puede hacer cualquiera: millones de dólares para hacer casas sociales que en vez de ese destino terminaron en las manos de delincuentes mientras el Estado no solo no controló nada sino que cuando se enteró se hizo el burro. Inventos sobre la vieja compra de Papel Prensa que se demostraron falsos pero que igual –a puro matonismo- lograron que la empresa termine en manos del Estado. Acusación de apropiación a la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, de sus hijos durante la dictadura militar pasada, que durante años maltrataron a esos pobres muchachos hasta que el ADN demostró otra nueva falsedad del “relato presidencial”. Manejos fraudulentos del vicepresidente que en vez de hacer como en Brasil donde la corrupción se extirpa quirúrgicamente y se expone internacionalmente, en una especie de pelotón de fusilamiento “virtual” a aquel que haya faltado a sus responsabilidades y haya hecho abuso de poder, acá en cambio nos ocupamos de cambiarle el fiscal, el juez y hasta el Procurador General de la Nación a la causa para que el funcionario (amigo de todos los nuevos designados) salga a salvo de todo lo actuado. Y mientras tanto, se miente diciendo que es el periodismo el que “inventa” todo lo que salta a la vista que es verdad.
Y hablando de periodismo, al empresario Daniel Hadad se lo contactó desde el Gobierno Nacional para que levante una nota al ex Jefe de Gabinete kirchnerista Alberto Fernández que estaba saliendo el aire en el canal de noticias C5N y luego se lo “apretó” (sic) para que vendiera todo su exitoso multimedios (C5N, que le peleaba el rating a TN, la AM Radio 10, primera en el ranking y las exitosas FMs Pop, Mega, Vale y TKM por la irrisoria cifra de 40 millones de dólares, y hasta se le impuso una cláusula para que el empresario no tenga nuevos medios de comunicación hasta el fin del gobierno cristinista). Lo peor del caso es que el multimedio fue a parar -¿cuando no?- a las manos del amigo del gobierno Cristóbal López, petrolero, dueño de casinos, bingos y salas de juego en todo el país y de un importante número de emisoras a las que ahora se suman las de Hadad. ¿No era que la ley de medios era para evitar “la corpo”? Pues ahora resulta que depende de quién sea la corpo estará permitido o no. La mentira, siempre la mentira.
La cuestión Malvinas, otra vez maltratada cuando se sabe que es una causa nacional, se trató de impulsar haciendo lobbies internacionales para apoyar la moción de sentar a las partes a negociar, pero como el Gobierno, por cuestión de caja, no abre la Aduana, la cuestión no prosperó demasiado en la Cumbre de las Américas en Cartagena y Cristina se volvió enfurecida después de tanto trabajo tirado a la calle. Entonces, inmediatamente (al otro día), la mentira otra vez. Se confiscó (expropió, nacionalizó o como quieran llamarle) YPF a Repsol, la empresa española que la había comprado en la época en que se vendieron “las joyas de la abuela” y muchos de los que hoy accionan en su contra, entonces votaron a favor de su venta. Y la razón que se esgrime es la falta de inversión para poder extraer más crudo. ¿Alguien se preguntó por qué a TBA no se le preguntó nada sobre los miles de millones de pesos que se le entregaron de subsidio durante años mientras ellos mantenían un servicio deplorable y tan peligroso que terminó con un accidente que mató a 51 personas y dejó 700 heridos, algunos de los cuales lo estarán para siempre? Pero claro, los Cirigliano también son amigos del Gobierno y nadie les va a preguntar nada. Es más: es tanta la mentira que el Ejecutivo, para zafar de la situación, se presentó como querellante en la causa, cuando en realidad debía resguardar que el servicio sea el correcto, y la Justicia lo rechazó. Ni que hablar de Aerolíneas Argentinas que nos deja un déficit diario que pagamos todos los argentinos que trabajamos, porque hay otros que no lo hacen y viven de la dádiva del Gobierno.
Sí señor, otra gran mentira: la de los planes “no trabajar” o “quedate en tu casa” (bien podrían llamarse así, pero eso sería verdad), gente a la que se mantiene con subsidios con la única obligación de estar presentes en todas las movilizaciones que se realicen para apoyar la gestión de “la reina del Sur” –como la llaman a Cristina en Europa- y guay! que no esté ausente ninguno porque desde ese momento no cobra más un mango. Es decir, toda esa gente que Ud. ve apoyando una gestión está pagada para que esté ahí y va por el subsidio y no porque le importe el “modelo” (aunque cobrar sin trabajar igual, como modelo, no les debe parecer nada mal).
Podríamos hablar de los planes “0 Kms para todos”, que se anunció con bombos y platillos y vendió unos 20 autos, o “Heladeras y lavarropas para todos”, que fue otra gran mentira, del famoso “Tren Bala”, que se ve que pasó tan rápido que nadie lo vio, etc., etc. 
Ni que hablar del papelonazo del INDEC, institución descreída por todas las organizaciones tanto nacionales como extranjeras (FMI, Banco Mundial, calificadoras de riesgo, etc.) por difundir mes a mes cifras irrisorias de inflación que solo perjudican a los más pobres -como siempre- pero dejan a salvo al Gobierno, según creen ellos, de índices que denotarían el deterioro de la calidad de vida de los argentinos en los últimos años a través de las políticas de subsidios que han liquidado todas las reservas posibles y no dejan otra solución fácil a la mano que recurrir a la emisión de dinero (algo así como $ 36.000 millones de pesos en el último año). La inflación argentina es la segunda del mundo después de la de Venezuela, pero el Indec no la ve…
La mentira llega a todos los niveles: los policiales (como el caso de las 74 armas que se dijeron “robadas” por los narcos en la comisaría 38ª de la Policía Federal), los de la Justicia, que cierran causas como la de Candela como si nada hubiera pasado y los de todos los ámbitos institucionales que se quiera mirar.
La debacle y la denigración están llevando a la Argentina a salir del mundo civilizado. Y no es que los demás países (sobre todo los poderosos) se hayan caído del cielo, por supuesto que no. Pero hacer “promesas sobre el bidet” –como diría Charly-, quebrar la seguridad jurídica (¿quién va a invertir en la Argentina ahora?), inventar “relatos” inexistentes del pasado para justificar el presente, mencionar solamente tres veces a Belgrano en el acto del día de la bandera y como cincuenta a Néstor Kirchner como si fuera el gran patriota nacional y tiene un mausoleo (aunque nadie lo haya visto muerto, lo cual si no es una mentira al menos sembró la sospecha) que ni San Martín parece haber merecido, escuchar hablar de pobreza a una multimillonaria que sigue aumentando su patrimonio escandalosamente porque total cuenta con absoluta impunidad en los organismos de control y la Justicia, es todo una gran mentira que ya pasa de tal y se muestra un país patotero y matón.
Si alguna vez los argentinos nos pusimos pecheras con nobles lemas como “Todos somos docentes” o “Todos somos Cabezas”, hoy –con más de la mitad del país apoyando este sistema prepotente y mentiroso- cabría preguntarse si no habría que ponerse una pechera que diga “Todos somos D´Elía”. “¿Vos qué opinás…?”