El Jefe
Los refranes son frases que expresan de algún modo un aspecto de la realidad. Algunos lo hacen de manera académica, otros de forma simbólica y algunos con pretensión humorística, aunque siempre preservando la consistencia de lo que quieren decir…
Uno de ellos reza: “El que sabe, sabe y el que no, es jefe”. Desde ya, un refrán usado con sorna las más de las veces, para causar la risa de algunos o la bronca de otros (los jefes, obvio!). Su discurso parece intentar provocar la sonrisa en quien lo pronuncia o lo escucha, más allá del verdadero contenido que encierra, teniendo en cuenta que estamos generalizando, por supuesto.
A lo largo de mi trayectoria como trabajador, como socio, como dirigente gremial-empresario y como integrante de ONGs, he tenido la suerte de estar de “los dos lados del mostrador”, el de subordinado y el de personal jerárquico. Y en todas las organizaciones en donde estuve noté que el que sabe, sabe y el que no, es jefe. Invariablemente.
Pareciera ser que la información “no sube”. En las empresas, en las instituciones, en los organismos. En una industria, en una escuela, en un sindicato. La información que se maneja “abajo” es mucho mayor y más certera que la que se maneja en las cúpulas. Las dirigencias resuelven, deciden, administran con muchas variables menos que las que disponen los empleados, y, a veces, hasta con datos inciertos o equivocados. Amén de cierta soberbia que los cargos directivos provocan en algunas personas, que impide notar que el verdadero conocimiento está en las bases y no en lo que él cree que es la realidad.
Incluso, las jefaturas suponen muchas veces que la falta de resolución de una determinada situación por parte de un empleado –o un grupo de ellos- es únicamente por ineficiencia. Y, cuando deciden “tomar el toro por las astas” y resolver la cuestión personalmente, se dan cuenta de que aquella intención era imposible de lograr, más allá de las capacidades de las personas. De todos modos, nunca van a dar cuenta de lo equivocado de aquella soberbia actitud. Y así nos va…
Es probable que sea un problema psicológico. Es posible también que haya un inadecuado formato de traspaso de la información desde quienes hacen el trabajo de campo (el que está en contacto con el proveedor, con el cliente, con el afiliado, con el alumno, con el ciudadano que paga sus impuestos, con la realidad, en síntesis) y quienes deben dirigir los destinos de las organizaciones y disponen de un panorama que no siempre –casi nunca- se ajusta exactamente a las circunstancias del momento.
Quizás haya algo de las dos cosas. O quizás haya alguna otra variable que desconozco y que juega sus cartas en el asunto. No lo sé. Lo que sí sé que es verdad es que “el que sabe, sabe y el que no, es jefe”. Indefectiblemente.
Desinformación y soberbia. Ignorancia y miopía. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. ¿Vos qué opinás...?